martes, 23 de febrero de 2010

NAVE ALFA Tengan Paciencia

Miércoles 17 y jueves 18 de febrero de 2.010

¡Saludos desde la Nave Alfa! Detectamos mucha preocupación e incluso
crispación entre muchos de ustedes, debido a que piensan que nunca va
a llegar el momento de nuestro Encuentro y que les estamos dando vanas
esperanzas. Esto no es así, lo único que les pedimos es que tengan
paciencia y esperen a que el momento esté maduro para que ustedes,
habitantes del planeta Tierra, de Gaia y nosotros nos veamos frente a
frente e iniciemos una nueva etapa de Paz, Luz y Amor como no ha
conocido la humanidad con anterioridad.

Dense cuenta de que nosotros no estaríamos hablando con ustedes tan
masivamente, utilizando gran número de canales elegidos entre ustedes
por nosotros, si no fuera porque ese momento está muy cercano; de lo
contrario, ¿qué razón habría para movilizar tantas personas, tanto
tiempo y tanta energía?

Ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta cuál será la fecha exacta
del Primer Encuentro, y si alguien les dice lo contrario es una
quimera; nadie lo sabe con exactitud. La razón es que eso depende de
muchas circunstancias, bueno, no de muchas sino de algunas que son
importantes, hay otras muchas que no lo son tanto pero que también
intervienen. Mas las que son en verdad relevantes, tienen que estar
bien alineadas, ser concordantes y coincidir en el mismo momento, sin
que ninguna de esas condiciones falte, porque entonces significaría
que no es el momento ideal. Y todo debe desarrollarse con sumo
cuidado, de una forma bien calibrada, bien calculada, para que nuestro
movimiento conjunto, el nuestro y el de ustedes, produzca
diligentemente el efecto deseado, en el momento óptimo dentro de su
marco de espacio-tiempo particular.

Eso es lo que un Maestro de Sabiduría de su mundo, que es muy conocido
y querido por todos nosotros, el Maestro Morya, denomina el ‘momentum’
o ímpetu, el momento idóneo para que se manifieste nuestro Encuentro,
tan deseado, tan esperado, tan ansiado por todos los infatigables e
inquebrantables guerreros de la luz que componemos todas las
civilizaciones que los visitamos, al mando del Comandante en Jefe
Ashtar Sheran y guiados espiritualmente por el Maestro Samana o
Sananda, como unos y otros Le llaman, aquél que estuvo encarnado entre
ustedes hace algo más de dos mil años como Jesús de Nazaret. Ambos
dirigen este ejército luminoso, que será testigo de cómo el Angel de
Dios pisa con su sandalia la cabeza del Dragón y lo expulsa de este
mundo hacia el averno de donde nunca debería haber salido.

Éstos son, queridos míos, los planes de Dios. ¿Y quiénes somos
nosotros para desear que ocurran de diferente manera? Muchas personas
desearían que el cambio se diera ya, que nosotros interveniéramos si
cabe decirlo a la fuerza, utilizando toda nuestra tecnología (bélica)
que sabemos que es con mucho superior a la de las fuerzas de la
oscuridad del planeta. ¿Pero no sería eso una imposición por nuestra
parte, producto de una intervención violenta, y no estaríamos nosotros
poniéndonos a la altura de nuestro mortal enemigo, al que tratamos de
destronar y expulsar de la superficie del planeta, tal vez ya para
siempre? No sería justo destituirlos del poder por utilizar medios
agresivos contra otros seres de su raza, y nosotros utilizar también
esos mismos medios para desterrarlos. ¿No sería eso una incongruencia
y una injusticia atroz?

Tengan confianza en los medios que el Padre Universal y Eterno ha
planificado para que ustedes asciendan a un nivel evolutivo mayor,
donde no exista ya más la violencia, el odio y los intereses
económicos, que son los engranajes que justifican las guerras que han
sufrido ustedes durante tantos milenios y que los ha esclavizado a un
mundo donde una persona buena es considerada una persona tonta, y
donde hablar de Dios, nuestro Creador, que es puro Amor y Compasión,
es señal de fanatismo y de intransigencia.

Aquellos que desean que el cambio se dé ya mismo y utilizando los
medios que hagan falta, incluso empleando la violencia, sufren de la
misma ceguera que padecían los zelotes, incluido Judas Iscariote,
durante los tiempos de Jesús. ¿Y qué les contestó el Maestro nazareno,
el Profeta de Profetas, el símbolo del amor y la mansedumbre hecho
carne? ¿No les contestó que Él había venido a traerles un Reino de
Amor y de Paz, y que eso no se conseguiría con las armas? ¿No les
enseñó que la violencia atrae más violencia, y que “el que a hierro
mata, a hierro muere”?

Queridos, reflexionen sobre la forma en que desean que su mundo
evolucione a un lugar idílico, donde reine la paz y la armonía, y
donde ya no haya cabida para el hambre, la miseria y el horror de la
guerra. ¿Quieren vivir en un mundo así? ¡Pues empiecen a visualizarlo!
¡Trabajen todos juntos de la mano para lograrlo! ¡Y lo tendrán! Para
ello cuentan con nuestra ayuda, y juntos lo conseguiremos.
Paz y Amor

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