jueves, 4 de marzo de 2010

KAI ENCONTRANDO NUESTRO CENTRO DE SERENIDAD Y CONEXIÓN DIVINA

La vida diaria suele presentarnos desafíos y rutinas que nos alejan de la paz y el equilibrio emocional necesarios para sostener nuestras creaciones en amor. Para co-crear nuestra vida en armonía, es necesario sostener nuestras emociones en un estado de profunda conexión con la vida y la fuente infinita de amor. Es necesario para que nuestra vida presente armonía y permanezca alineada a la voluntad divina de Amor que nuestras emociones estén siendo sostenidas en la alegría, la paz y la gratitud.

Pero, que difícil es sostener estos estados emocionales en nuestra vida diaria!
A diario, se nos presentan sucesos que nos conducen a la alteración, el nerviosismo y la pérdida de la paz. Permitimos que nuestras emociones fluctúen como un péndulo de un lado a otro, sin darnos cuenta, de pronto ya estamos vibrando en temor y desequilibrio.
Es un proceso un tanto natural de la mente, pues la tenemos habituada a esas fluctuaciones y nuestro cuerpo ya conoce muy bien los procesos químicos resultantes de cada uno de esos estados emocionales, de manera, que sabe reproducir muy bien los sentimientos y sus síntomas físicos que los acompañan. Seamos sinceros, nuestro cuerpo esta mas habituado al estrés emocional que a la paz y la serenidad, de manera que para que podamos sostener estados elevados de conciencia, será necesario acostumbrar a nuestro cuerpo a los procesos químicos y las reacciones corporales que acompañan a los estados emocionales de PAZ, AMOR, ARMONIA y FELICIDAD.

Nos ha tomado toda una vida el aprender y acostumbrar a nuestro cuerpo a permanecer en estados emocionales negativos, sin embargo, el Reconectar con la divinidad y la armonía solo nos tomara unos minutos si trabajamos con la intención pura, pues toda vibración superior que permanezca en alineación con la voluntad divina siempre equilibrará y alineará a las frecuencias inferiores.

Lo importante es no perder la constancia y practicar el sostener estados elevados de AMOR y LUZ el mayor tiempo posible, de manera que nuestro cuerpo comience a habituarse a los procesos químicos y corporales que acompañan a las emociones y estados de conciencia elevados y de esa forma, poco a poco asociara todos sus procesos de vida a los estados emocionales y de conciencia mas elevados, transformando nuestra forma de percibir la vida y la realidad, permitiéndonos reaccionar ante cualquier circunstancia en paz y serenidad, permaneciendo anclados en nuestro centro divino.

Recuerden mis queridos hermanos, el despertar de conciencia y la ascensión no implica dejar nuestro cuerpo de lado, por el contrario, necesitamos incluirle y sanar todos sus procesos emocionales, de manera que vivamos una plena conexión cósmica concientemente en todos los niveles de nuestro Ser.

La ascensión no es huir de esta realidad y de este cuerpo, si no transformarla, conectando con la LUZ y el AMOR cósmicos a través de nuestra totalidad. Todo cuanto somos es Divinidad. Nuestra divinidad no existe únicamente en nuestro cuerpo de luz y en nuestra presencia YO SOY; existe en TODO LO QUE SOMOS y nuestro cuerpo es parte fundamental de esa totalidad.

Se han preguntado ¿por qué es tan complicado permanecer en conexión constante con las dimensiones de AMOR y LUZ? se nos ha dicho que somos multidimensionales, somos seres crísticos, pero, al momento de realmente vivirlo creerlo y aplicarlo en nuestro diario vivir, se nos dificulta permanecer en esa conexión constante y asumir la vida como un proceso creativo y divino. La respuesta es mas o menos sencilla mis hermanos, nos hemos estado olvidando de nuestro cuerpo!

Al meditar, canalizar, leer información de LUZ o simplemente conversar con almas afines, sostenemos frecuencias elevadas, conectamos con el AMOR y LUZ del universo, nos alineamos a nuestra verdad espiritual. Pero, al terminar la meditación y volver al mundo y la vida diaria, de inmediato volvemos a cargar todo el bagaje emocional de la tercera dimensión: estrés, dolor, enfermedad, resentimiento, temor, pues damos por sentado que eso le corresponde al cuerpo físico.

Tenemos profundamente arraigado en nuestra mente la idea de que esas emociones corresponden a esta dimensión y por ende, a nuestro cuerpo y conciencia tridimensional no le será posible sostener por mucho tiempo el AMOR, PAZ, ALEGRIA, GRATITUD, ARMONIA y SERENIDAD, por el simple principio de asociación: nuestra mente no acepta esas emociones elevadas como parte integra de nuestra vida diaria.

Aceptar que somos Divinos implica aceptar que nuestro cuerpo físico y sus emociones también lo son y por eso es tan importante dirigir esas emociones constantemente hacia estados alineados con el corazón y las frecuencias elevadas de AMOR y LUZ.

Desechemos las viejas creencias de que solo algunos elegidos tienen la facultad para conectar con el AMOR y LUZ cósmicos.

Dejemos de lado la creencia de que necesitamos meditar todo el día para permanecer en conexión divina.

Dejemos de lado la creencia de que nuestro cuerpo no es digno del AMOR y que para conectar con la divinidad tendremos que dejar por completo nuestra humanidad.

Dejemos de lado las viejas creencias de culpa, resentimiento y dolor, queridos hermanos, eso no NOS SIRVE MAS! AQUÍ Y AHORA SOMOS DIVINOS, SOMOS DIOS!

Esas viejas creencias provienen de las viejas religiones, se nos hizo creer en el pecado, en la impureza, en el dolor y en la separación.

Ustedes saben, lo sienten, lo intuyen porque lo tienen en su memoria celular, ¡ESAS CREENCIAS SON FALSAS! Somos Divinos estando en nuestros cuerpos físicos y podemos transformar y renovar nuestra conciencia de manera que esa Divinidad toque toda nuestra vida transformándola y alineándola a la LUZ y a la felicidad.

¡Vamos! Demos el paso hacia adelante en la evolución de la conciencia y comencemos a integrar en nuestra vida los estados profundos de Conexión con el AMOR y LUZ cósmicos. No necesitan irse lejos, aquí y ahora, ¡comencemos en este instante! No necesitan intermediarios, pues la época de los sacerdotes ha terminado, Dios esta en cada uno de Nosotros, el templo divino es nuestro cuerpo.

Vamos a practicar un pequeño y sencillo ejercicio que nos permitirá centrarnos en el aquí y ahora, serenando nuestras emociones e integrando el profundo estado de Conexión con el AMOR y LUZ cósmicos, de manera que nuestra biología comience a crear el proceso químico que transformara nuestras células y nuestras emociones, integrando y sosteniendo los estados elevados de conciencia durante todo el día.


EJERCICIO PARA ENCONTRAR EL PUNTO DE SERENIDAD Y CONEXIÓN DIVINA.

Sentados o recostados en posición de Meditación, tomamos un respiro profundo, alargando la exhalación.

Dirigimos nuestra atención hacia nuestro corazón, comenzamos a escuchar y sentir su latido.

Ahora, imaginen, sientan como cada latido es vida, es divinidad y sostiene la energía de la vida en nuestro cuerpo. Nuestro corazón biológicamente y espiritualmente es el centro de nuestra vida y el punto de conexión con el infinito y con todo lo que somos.

Respiren profundamente y visualizamos que en el centro de nuestro pecho tenemos una esfera dorada, muy luminosa.

Vamos a visualizar que dirigimos nuestras emociones hacia ese punto. Visualicen sus emociones como rayitos de energía que se mueven por todo su cuerpo dirigiéndose hacia el centro de su pecho y a medida que visualizan decreten:


ORDENO Y ALINEO MIS EMOCIONES HACIA MI CENTRO DE AMOR. ORDENO MIS EMOCIONES HACIA MI CENTRO DE SERENIDAD.
ORDENO MIS EMOCIONES Y LAS ALINEO A LA PAZ Y LA ARMONIA.


Sentirán como realmente se serenan y comienzan a sentirse muy bien. Lo que sucederá es que por decreto divino emitido en intención pura, su cuerpo les obedecerá equilibrando sus emociones y al entrar en un estado de profunda paz y conexión, automáticamente su conciencia es expandida en Gracia divina.

Al ser un ejercicio muy sencillo, lo pueden realizar en todo momento en que sientan que sus emociones pierden el equilibrio. Es fácil y sencillo encontrar nuestro centro de conexión con la Divinidad, ejerzan mis hermanos SU PODER DIVINO y permitan que su cuerpo sostenga la conciencia elevada en Amor.

¡Somos bendecidos en amor y alegría siempre!

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