miércoles, 3 de noviembre de 2010

LAS ESTRELLAS EN EL SENDERO DEL DISCÍPULO DEL MAESTRO JESUS

(Aparte de un artículo recibido cuya fecha es octubre 31 de 1993 y tiene total vigencia)

5. EL MUNDO DE LAS CATÁSTROFES Y EL MUNDO DEL SERVICIO.

Hermanos: Hoy voy a recordar una escena que se vivió, hace ya muchos años, en una escuela espiritual.

En los principios del movimiento espiritista, muchos de los discípulos trabajaron a través de la facultad llamada mediumnidad. Esas prácticas se extendieron, de una manera asombrosa, a finales del siglo pasado y principios del actual, atrapando el interés de múltiples personalidades que, dentro de la sociedad humana, fueron reconocidos como grandes hombres. Sin embargo, esta práctica cundió tanto y con tal desorden, que pronto aparecieron una multitud de mediums, cuyas facultades estaban lejos de ser auténticas, eran, más bien, desórdenes psicológicos, en donde el deseo de hacerse notar era evidente sobremanera, aunque, lamentablemente, siempre encontraban a alguien a quien engañar.

Los profetas apocalípticos
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En cierta ocasión, en una escuela de Francia, un discípulo que se encontraba entre el público, escuchando atentamente el mensaje que llegaba a través de su guía espiritual, que convertido en médium estaba dando, se encontraba angustiado por las palabras que estaba escuchando y las mismas estaban siendo pronunciadas en este sentido:

"El mundo está próximo al Apocalipsis, la primera trompeta ha sonado y la batalla del Armagedón se cierne sobre nosotros. Manteneos en la luz, porque sólo ella podrá revelaros la salida del laberinto en que seréis envueltos, cuando los diferentes mesías quieran levantar sus voces para engañaros con falsas profecías".
En aquellos años, la primera guerra mundial estaba siendo gestada y el discípulo, angustiado, se preguntaba cuándo sería que eso iba a ocurrir.

Y el médium seguía diciendo: "Los tiempos son llegados y las dos terceras partes de la humanidad serán aniquiladas, cuidad que el Señor no os sorprenda como ladrón en la noche".

Tiempo después y en otra escena, en otro lugar, a través de otro médium, estas palabras eran pronunciadas: "La bestia apocalíptica ha hecho su aparición, refugiaos en la casa del Señor para que la luz os proteja y no perdáis el rumbo escuchando a los falsos profetas".

Y mientras esto era pronunciado, la segunda guerra mundial estaba alcanzando su punto más álgido y los que escuchaban al médium se llenaban de espanto y terror, no sabían a quién acudir. Tal era la confusión que en aquellos años imperaba.

Y pasó el tiempo, y pasaron los años, y otras voces de otros mediums empezaron a transmitir mensajes como éstos: "Llegado es el tiempo en que cada uno deba sentarse en oración, porque las trompetas de los jinetes han hecho su aparición y los ángeles en el cielo y los caballos en la tierra se han combinado, la destrucción empezará y no quedará piedra sobre piedra en muchos lugares. Ajenjo se aproxima y un gran cataclismo de repercusiones mundiales ensombrecerá a toda la humanidad. El Anticristo está en la tierra, cuidad de que no os engañe".

Y al mismo tiempo, la guerra en el Pérsico hacía su aparición y nuevamente los falsos profetas anunciaban el apocalipsis y la terminación del mundo. Y el pueblo se llenaba de angustia y los discípulos se preguntaban hacia dónde habrían de voltear para recibir una enseñanza de salvación.

Siempre habrá épocas difíciles y épocas felices.

Yo les pregunto ahora, en estos momentos en que la tierra vive un tiempo de oportunidades, en donde ciertos países viven convulsionados por la guerra, mientras que otros se aprestan a trabajar para recibir el nuevo siglo con la frente en alto y sus manos ocupadas construyendo un nuevo futuro. Hoy les hablo en un tiempo que ha sido similar a muchos otros tiempos pasados, en un tiempo en donde es posible observar, por un lado, destrucción, pero, por otro lado, alegría y trabajo. Hoy les digo que los tiempos son todos iguales, siempre habrá dolor en algunas partes y alegría en otras. Mientras la humanidad no alcance la unidad, mientras la humanidad no alcance la comprensión de las Leyes espirituales, el mundo seguirá viviendo contrastes; quienes volteen a mirar al dolor, la desolación, verán entonces en el futuro negras amenazas y para aquellos que puedan voltear a ver la armonía, la paz y la felicidad de algunos pueblos y sociedades, el futuro estará siempre abierto con grandes oportunidades.

Entre el eterno debate del bien y del mal, de la paz y la guerra, se encuentran confundidos muchos de los discípulos del mundo y aquellos que gustan de profetizar los tiempos venideros, podrán verse influenciados por esta guerra de opuestas energías, de opuestas visiones de un mismo mundo. Sólo se sabe, a ciencia cierta, que la luz terminará por imponer su voluntad sobre la obscuridad, que el plan divino tiene un cierto tiempo y que no admite ni dudas ni vacilaciones. ¿Por qué entonces, angustiarse por profecías, que lo único que hacen es desequilibrar la paz interior que todo discípulo debe tener, a fin de poder discernir, correctamente, sus acciones de este tiempo?

Hoy los conmino a trabajar en la luz, a esperar un mundo lleno de paz y de armonía y extender sus manos a todos aquellos hermanos que sufren, viendo en ellos, únicamente, la oportunidad de poder traerlos a un mundo de felicidad y sacarlos de ese mundo de dolor y de angustia en que se debaten.

La escasez y las enfermedades son, sin duda, fantasmas reales en medio de la humanidad; sin embargo, la humanidad es una humanidad de estudiantes, de discípulos en acción, de trabajadores incansables. Saquemos de las filas de los que sufren, a aquellos futuros discípulos que nos ayudarán en el trabajo de la reconstrucción y de la reeducación de la humanidad; enfoquémonos en la luz y trabajemos con la alegría de estar haciendo una realidad el plan divino.

Una parte del mundo, la que sufre, eleva continuamente peticiones a Dios. La otra parte del mundo, la más pequeña, se empeña en ser la respuesta a esas oraciones, Dios trabaja con ellos para ayudar a los que piden. ¿A qué grupo deseamos pertenecer?. Tomemos la decisión y lancémonos al trabajo, porque el servicio por la humanidad es el más grande ministerio que Dios nos ha pedido. Que el amor inunde sus corazones, para que la voluntad no les falle en la hora de la verdad.

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