martes, 9 de febrero de 2010
MENSAJE DE LA MADRE MARÍA
De: Juliet Loaiza
9 de Febrero 2010
Con gran anhelo les estamos esperando, el anhelo de un nuevo día, de una nueva vida, de un nuevo comienzo después de eones de sufrimiento…
Soy Yo tu Madre María, quiero complementar el mensaje de mi hijo diciéndoles, recordándoles que la luz es su espada contra cualquier forma de oscuridad, que si ustedes creen y confían en la esencia que los acompaña no podrá existir nada que los haga tambalear de su misión, de su compromiso con la luz y con el Creador.
Todos son bienamados y son guiados de manera permanente cuando ustedes así lo aceptan y lo permiten, nunca vamos a transgredir sus deseos y si sus deseos son servir a la luz, serán de manera constante y permanente dirigidos y orientados en el mejor de los caminos: el de su propia ascensión como seres de luz, como guerreros de la luz sin armas que destruyen, al contrario su mejor arma es el Amor y debe estar siempre presente en sus vidas.
Los amo y los cubro con mi manto de Amor y protección, Yo Soy su Madre María.
9 de Febrero 2010
Con gran anhelo les estamos esperando, el anhelo de un nuevo día, de una nueva vida, de un nuevo comienzo después de eones de sufrimiento…
Soy Yo tu Madre María, quiero complementar el mensaje de mi hijo diciéndoles, recordándoles que la luz es su espada contra cualquier forma de oscuridad, que si ustedes creen y confían en la esencia que los acompaña no podrá existir nada que los haga tambalear de su misión, de su compromiso con la luz y con el Creador.
Todos son bienamados y son guiados de manera permanente cuando ustedes así lo aceptan y lo permiten, nunca vamos a transgredir sus deseos y si sus deseos son servir a la luz, serán de manera constante y permanente dirigidos y orientados en el mejor de los caminos: el de su propia ascensión como seres de luz, como guerreros de la luz sin armas que destruyen, al contrario su mejor arma es el Amor y debe estar siempre presente en sus vidas.
Los amo y los cubro con mi manto de Amor y protección, Yo Soy su Madre María.
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