lunes, 26 de enero de 2009

EL DECADRON

EL Maestro Miguel dice:



"Deseo que tus ojos observen los míos y se evanezcan frente a tanto esplendor que entre los dos creamos y compartimos. Porque somos dos en esto, no tu sin mi ni yo sin ti, no deposites todo tu valor en otro, porque el otro también eres tu, puesto en acción, y entre los dos creáis vuestro encuentro...

Hermanos, es hora de hacer frente a nuestros sueños de luz y esperanza. Pongámonos todos a transmitir las enseñanzas que llevamos en nuestros corazones, sólo ellas nos ayudaran a nosotros y al prójimo, sólo las que vienen desde dentro, desde el fondo de nuestra Alma amiga. Ella nos quiere, nosotros nos queremos en forma álmica, desde otras dimensiones que somos también...

Ayudemos a los que están perdidos sin querernos imponer, sin querernos convencer de que nuestra verdad es la Verdad. Seamos humildes en transmisión porque cada uno puede encontrar su Verdad y su Guía interno, que para él/ella le sirva y para otro no.

No seamos avaros en conocimiento, compartamos nuestras verdades que llegaran donde tengan que llegar y desprendámosnos de ellas cuando hayan hecho su función o ya sintamos que han cumplido con su transmisión.

Y ante todo RESPETO por los demás, al igual que por nosotros mismos. Cada uno será despertado a su debido tiempo e irá aprendiendo de su propio ritmo y camino.

Nadie debe empujar un río porque su caudal es tan ancho y fluido que el mismo río ya sabe por donde tiene que ir. Y en el río no hay equivocaciones, fluye así sin más, sin errores, es lo que es.

Y Lo que Es dice: vamos a encontrarnos todos al final del camino porque todos somos hermanos en el fluir de la Vida y no dejemos para el final lo de encontrarnos. Mejor hacerlo ya por el camino"

Buen camino a todos y os deseo que cada paso sea un andar hacia dentro y hacia afuera, encontrándonos y disfrutando del camino! Un abrazo álmico y humano!

@riadna



Autor: Ricardo González

Editorial: ECIS Publicacioanes



El Decadrón son los 10 principios de la Hermandad Blanca (habitantes intra-terrenos), los cuales le han sido transmitidos a su autor por un miembro de la misma.

Los 7 primeros hacen referencia a la persona, su evolución, etc.

Los 3 últimos hacen referencia a la comunidad y aquí es donde me ha llamado la atención y me ha hecho reflexionar sobre el principio número 8, que habla sobre la creación de un grupo, de un núcleo; y me ha resonado mucho puesto que nosotros formamos un grupo.

"Octava Ley: 'La Sagrada doctrina se torna aun más sagrada si se es consecuente con ella'.

Hasta aquí, hemos analizado el mensaje de los primeros siete principios de El Decadrón. De acuerdo a los Maestros, los siete enunciados iniciales se concentran de manera especial en el caminante. En los siguientes tres principios -que empezamos a tratar desde este momento- hallaremos un conocimiento orientado principalmente a la mística de grupo.

Para explicarlo de otra forma, el discipulado para convertirse en parte conciente de la Hermandad Blanca, requiere de siete pasos, que como vimos consisten en:

1.- Conocerse a uno mismo para conocer al Universo.

2.- Comprender la naturaleza de la luz y el conocimiento verdaderos.

3.- Saber enfrentar las adversidades a través del amor y la no resistencia.

4.- Controlar nuestras emociones para hacer efectiva nuestra propia protección.

5.- Ser ejemplo de lo que hemos aprendido.

6.- Comprender que el mensaje es más importante que el mensajero.

7.- Fortalecer nuestra fe en el conocimiento.

Una vez que cruzamos estas siete "puertas", nos hallamos ante la octava ley. Un enunciado que vibra más en la labor de grupo o hermandad.

Habla de la "doctrina". Pero no en la aceptación que muchas veces se relaciona a las religiones organizadas, sino como un conjunto de enseñanzas o principios. El Decadrón, bajo este concepto, es desde luego parte de la doctrina de la Hermandad Blanca. No obstante, si bien es cierto estas 10 leyes constituyen su código de comportamiento y acción, todo se engloba y se rige bajo un único precepto: La Luz. Y Luz no es sólo sinónimo de conocimiento. Como vimos anteriormente, también significa Amor, Energía, el Origen de todas las cosas. En otras palabras, Dios.

Ser consecuentes con la doctrina significa no traicionar nuestro compromiso con nosotros mismos y con la Luz. Servir amorosamente a los principios que nos inspiraron e iluminaron. Al propósito superior de nuestra misión. Así, en cada acción y esfuerzo, los designios superiores serán santificados, envueltos de una energía de voluntad y servicio. Se harán fuertes y adquirirán vida propia. Se transformarán en el alma colectiva de un grupo que trabaja en la Luz. Y esa energía protegerá y asistirá al caminante, y le ayudará en la consecución de la obra.

Por ello el Decadrón afirma que la doctrina "se torna aún más sagrada", pues es nutrida de la energía de quienes vibran en ella y la realizan. No es sólo un símbolo. Hay allí un poderoso fluir de fuerzas.

Este es un secreto que ha sido practicado desde épocas muy antiguas: Cuando un grupo de personas se une bajo el amparo de un principio en el cual vibran y creen, dan forma a un elemento, denominado por los Maestros "La Ley del Núcelo". Todo grupo humano, espiritual o bélico, religioso o político, trabaja con la Ley del Núcleo, independientemente de que lo sepan o no. La energía que generan al reunirse bajo ciertos ideales y objetivos, y trabajar decididamente por ellos, va dando forma a este elemento que se transforma en el "alma" de aquel grupo.

Aquel elemento, o "Núcleo", si es construido sobre la base de ideales elevados y amorosos, en proyección al servicio y la ayuda a los demás, se puede convertir en un foco de irradiación positiva en su momento de maduración. Un núcleo maduro se transforma en ello, en una suerte de pequeño sol o estrella. Un farol que puede sanar al planeta y polarizar los conflictos.

Ese es el objetivo de las hermandades de luz que sirven a una doctrina: trabajar con la Ley del Núcleo. Casi sin saberlo, muchos caminantes no sólo están sirviendo al mundo con su vida, sino que , al reunirse con sus semejantes -bajo un mismo propósito- empiezan a crear núcleos de intención, y por consecuencia futuros soles que irradiarán su energía al planeta.

Para la creación de un Núcleo, son necesarios dos pasos fundamentales:

1.- La Doctrina. El conjunto de ideas o principios espirituales que pueden mantener en armonía el trabajo de un grupo humano.

2.- La Santificación. Ser consecuentes en vida y obra con aquel conjunto de principios.

Y debo decir que hay doctrinas humanas y doctrinas cósmicas. Jesús advirtió de esta diferencia. Las primeras, podrían obedecer a intereses personales. Las segundas, son las que inspiran a los hombres y casi siempre llegan a través de una revelación.

La octava Ley del Decadron es clara al afirmar que la sagrada doctrina se torna aún más sagrada si somos consecuentes con ella. Es decir, ya por naturaleza, la doctrina es sagrada, pues constituye una revelación positiva y armónica en sí misma, y que podemos santificar con nuestra obra y servicio.

Ese es el conocimiento que encierra este octavo principio. Una vez comprendido, nos lleva a puertas de la realización del verdadero Templo”.

Si bien este es todo el capítulo de la Octava Ley; el enunciado de todas ellas es el siguiente, lo envío ya que nos pueden ayudar a reflexionar individual y colectivamente:

Primera Ley: El verdadero estudiante de la Vida empieza estudiándose a sí mismo.

Segunda Ley: La Luz verdadera alumbra o ciega según la actitud del estudiante.

Tercera Ley: El verdadero soldado de la Luz batalla amando al enemigo.

Cuarta Ley: La verdadera protección radica en el control del miedo interior.

Quinta Ley: El verdadero Maestro enseña con el ejemplo.

Sexta Ley: El verdadero mensajero es aquél que sólo transmite el mensaje.

Séptima Ley: La Fe verdadera se sustenta en el conocimiento.

Octava Ley: La Sagrada doctrina se torna aun más sagrada si se es consecuente con ella.

Novena Ley: El verdadero Templo es aquel que se construye sobre la base de sentimientos, pensamientos y actitudes.

Décima Ley: El verdadero Místico es aquél que pone en práctica los principios del Cielo y que muere constantemente por amor al prójimo.

Con mis mejores deseos de Paz, Luz, Amor y Humildad para todos.

Josep peptomas@teleline.es

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