martes, 6 de julio de 2010
Transformación del ser
Si quieres un método fácil para la transformación del ser, uno que dé resultados, es necesario la comprensión del ser. Comprender en profundidad quién soy. La comprensión del ser lleva a la transformación del ser de manera natural.
Esto es lo que necesitamos comprender: Somos almas, distintas del cuerpo físico. Somos hijos de Dios, con una naturaleza originalmente divina de paz y amor.
La comprensión del ser empieza cuando el entendimiento de que somos almas se convierte en nuestra experiencia. Entonces es como si el alma despierta. La verdad despierta. En ese punto ya no es más un tema de cambiarse a uno mismo. En vez de ello, iniciamos un proceso de metamorfosis, en el cual la belleza latente del alma simplemente empieza a manifestarse, como la oruga que se convierte en una mariposa.
Nuestra personalidad original, que es virtuosa y llena de grandeza, empieza a reafirmarse. Basar nuestros esfuerzos en evocar algo encantador, en vez de transformar algo espantoso, se conoce como esfuerzo fácil.
En realidad, no hay necesidad de juzgarnos a nosotros mismos con dureza, criticándonos por cada error. El poder para crear todos los cambios que anhelamos reside en la verdad de quiénes somos.
Simplemente necesitamos alcanzar esa verdad y volver a convertirla en la naturaleza de nuestro ser. Esto transformará y reemplazará mucho de lo que, de otro modo, requeriría mucho tiempo el poderlo cambiar.
Esto es lo que necesitamos comprender: Somos almas, distintas del cuerpo físico. Somos hijos de Dios, con una naturaleza originalmente divina de paz y amor.
La comprensión del ser empieza cuando el entendimiento de que somos almas se convierte en nuestra experiencia. Entonces es como si el alma despierta. La verdad despierta. En ese punto ya no es más un tema de cambiarse a uno mismo. En vez de ello, iniciamos un proceso de metamorfosis, en el cual la belleza latente del alma simplemente empieza a manifestarse, como la oruga que se convierte en una mariposa.
Nuestra personalidad original, que es virtuosa y llena de grandeza, empieza a reafirmarse. Basar nuestros esfuerzos en evocar algo encantador, en vez de transformar algo espantoso, se conoce como esfuerzo fácil.
En realidad, no hay necesidad de juzgarnos a nosotros mismos con dureza, criticándonos por cada error. El poder para crear todos los cambios que anhelamos reside en la verdad de quiénes somos.
Simplemente necesitamos alcanzar esa verdad y volver a convertirla en la naturaleza de nuestro ser. Esto transformará y reemplazará mucho de lo que, de otro modo, requeriría mucho tiempo el poderlo cambiar.
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