miércoles, 31 de marzo de 2010
ESPÍRITU CUSTODIO DE MÉXICO Y LOS MOVIMIENTOS DE GAIA
31 Mar 2010 06:17:58 +0200
Rowina: Tenemos ante nosotros al espíritu Custodio de México, quien ha venido enarbolando la bandera de esa nación, pero luego cayó de bruces, llorando abatido.
Estos custodios fueron creados para guardar la conciencia, el don de cada país. A cada nación, al igual que a los Seres Humanos, cuando fuimos creados por la divina Madre Creadora, se nos dio un don único para luego ofrecerlo a la comunidad.
En el caso de cada persona es un don que luego, como ser único, ofrecemos a la comunidad para enriquecerla, previamente habiendo limpiado todos los obstáculos, los egos y todas las cosas que no nos dejan hacerlo.
Lo mismo sucede con las naciones. Las naciones ofrecen su don único a toda la comunidad de naciones. Eso es lo que sucederá después, en la Nueva Tierra. No habrá naciones con fronteras, pero sí la diversidad y variedad que enriquece al conjunto.
Los custodios tienen esa tristeza porque, a pesar de haber enarbolado la bandera original de cada nación, con el don que se les concedió en custodia, no consiguen hacerse llegar al pueblo para que no se desvíe.
En el caso del pueblo mexicano, ya lo dijo la Guadalupana, que en lugar de apreciar desde su sentir profundo esa guía que ella representó, se ha derivado o desviado hacia una devoción que le hace poner fuera lo que tiene que poner dentro.
Así que venga, hermano, adelante. Acuérdate, como le dije al custodio de Cuba también, que hay muchos hermanos mexicanos que te van a escuchar y que van a sobrevivir, comprendiendo que todo es por justo orden, y que sus seres queridos van a estar donde mejor puedan estar, igual que ellos.
Mirna, del Gran Sol Central, nos decía ayer que estaba participando en una reunión en la Cristal Bell del Comandante Ashtar, en donde se dispuso apoyar a quienes están despiertos o en camino de ello –ya que son los que tienen las posibilidades de ir a la Nueva Tierra-, y que ya no van a dedicarse más a los que prefieren seguir durmiendo y roncando.
Entonces, querido custodio, dirígete a todos los seres que están despiertos y despertándose, para que te escuchen bien.
Les digo a mis hermanos mexicanos que no os afanéis en despertar a quienes claramente dan señales de no querer hacerlo. Escuchen este mensaje desde su sentir y actúen conforme a eso.
Custodio: No he podido expresarme en el momento en que llegué hasta este canal, sencillamente porque tengo roto el corazón. Me caí de bruces enarbolando la bandera del país cuyo ser yo represento.
Es muy duro, muy doloroso, sostener el potencial de algo, animar a que ese potencial se transforme en una manifestación concreta, y ver que todo el pueblo no escucha, no ve y prefiere andar el camino más fácil, que tomar la bandera de su verdadero ser y atravesar lo que haya que transitar para manifestarse plenamente.
Tú, querido México has hecho eso, has tomado el camino más fácil, llevándote por un sendero muchísimo más doloroso del que hubieras tenido, de haber ido por el otro sendero. Te ha llevado a una renuncia de ti mismo, a una entrega y a la situación en que hoy te encuentras.
En todo ese andar por el camino de la no verdad fuiste generando energías disonantes, energías que no vibraban con el amor y así fue como la doncella Gaia estuvo absorbiendo todas esas energías. Como ella dijo, ahora llega el momento de devolverlas, de entregarlas a quienes las generaron, para que se hagan cargo de ellas. La forma que ella tiene de hacerlo es mediante su cuerpo.
He tenido acceso al potencial de lo que este territorio tan querido por mí va a transformar, de todos los movimientos, de todos los cambios, de todas las sacudidas. En un punto me quedé azorado, pues si bien esperaba que hubiera cambios, no supuse que fueran de tan gran magnitud. Esto va más allá de México, pues igualmente será en todos los lugares donde haya que poner orden.
Gracias, querida Guadalupe, por infundirme ánimo, por caldearme nuevamente el corazón. Tu mano puesta sobre mí es una bendición.
Aquí, delante de mi pueblo, yo me pongo de pie y enarbolo la bandera para que ¡Viva México!
Rowina: Hermano, estamos llorando Igneón y yo porque sentimos tu emoción y además, por ese gesto que has hecho de levantarte a pesar de todo el potencial destructor que se cierne sobre México. A pesar de todo, te levantas y enarbolas la bandera del potencial hermoso del don que tiene México, para que esas personas que sobrevivirán allí, se levanten y enarbolen el don que la esencia de México custodia, junto a todos los seres humanos conscientes que la mantengan en sí, a pesar de todos los movimientos por los que pase México. Eso es lo que tiene que quedar: la genuina esencia de México, la genuina esencia de ¡Que Viva México!
Rowina: Tenemos ante nosotros al espíritu Custodio de México, quien ha venido enarbolando la bandera de esa nación, pero luego cayó de bruces, llorando abatido.
Estos custodios fueron creados para guardar la conciencia, el don de cada país. A cada nación, al igual que a los Seres Humanos, cuando fuimos creados por la divina Madre Creadora, se nos dio un don único para luego ofrecerlo a la comunidad.
En el caso de cada persona es un don que luego, como ser único, ofrecemos a la comunidad para enriquecerla, previamente habiendo limpiado todos los obstáculos, los egos y todas las cosas que no nos dejan hacerlo.
Lo mismo sucede con las naciones. Las naciones ofrecen su don único a toda la comunidad de naciones. Eso es lo que sucederá después, en la Nueva Tierra. No habrá naciones con fronteras, pero sí la diversidad y variedad que enriquece al conjunto.
Los custodios tienen esa tristeza porque, a pesar de haber enarbolado la bandera original de cada nación, con el don que se les concedió en custodia, no consiguen hacerse llegar al pueblo para que no se desvíe.
En el caso del pueblo mexicano, ya lo dijo la Guadalupana, que en lugar de apreciar desde su sentir profundo esa guía que ella representó, se ha derivado o desviado hacia una devoción que le hace poner fuera lo que tiene que poner dentro.
Así que venga, hermano, adelante. Acuérdate, como le dije al custodio de Cuba también, que hay muchos hermanos mexicanos que te van a escuchar y que van a sobrevivir, comprendiendo que todo es por justo orden, y que sus seres queridos van a estar donde mejor puedan estar, igual que ellos.
Mirna, del Gran Sol Central, nos decía ayer que estaba participando en una reunión en la Cristal Bell del Comandante Ashtar, en donde se dispuso apoyar a quienes están despiertos o en camino de ello –ya que son los que tienen las posibilidades de ir a la Nueva Tierra-, y que ya no van a dedicarse más a los que prefieren seguir durmiendo y roncando.
Entonces, querido custodio, dirígete a todos los seres que están despiertos y despertándose, para que te escuchen bien.
Les digo a mis hermanos mexicanos que no os afanéis en despertar a quienes claramente dan señales de no querer hacerlo. Escuchen este mensaje desde su sentir y actúen conforme a eso.
Custodio: No he podido expresarme en el momento en que llegué hasta este canal, sencillamente porque tengo roto el corazón. Me caí de bruces enarbolando la bandera del país cuyo ser yo represento.
Es muy duro, muy doloroso, sostener el potencial de algo, animar a que ese potencial se transforme en una manifestación concreta, y ver que todo el pueblo no escucha, no ve y prefiere andar el camino más fácil, que tomar la bandera de su verdadero ser y atravesar lo que haya que transitar para manifestarse plenamente.
Tú, querido México has hecho eso, has tomado el camino más fácil, llevándote por un sendero muchísimo más doloroso del que hubieras tenido, de haber ido por el otro sendero. Te ha llevado a una renuncia de ti mismo, a una entrega y a la situación en que hoy te encuentras.
En todo ese andar por el camino de la no verdad fuiste generando energías disonantes, energías que no vibraban con el amor y así fue como la doncella Gaia estuvo absorbiendo todas esas energías. Como ella dijo, ahora llega el momento de devolverlas, de entregarlas a quienes las generaron, para que se hagan cargo de ellas. La forma que ella tiene de hacerlo es mediante su cuerpo.
He tenido acceso al potencial de lo que este territorio tan querido por mí va a transformar, de todos los movimientos, de todos los cambios, de todas las sacudidas. En un punto me quedé azorado, pues si bien esperaba que hubiera cambios, no supuse que fueran de tan gran magnitud. Esto va más allá de México, pues igualmente será en todos los lugares donde haya que poner orden.
Gracias, querida Guadalupe, por infundirme ánimo, por caldearme nuevamente el corazón. Tu mano puesta sobre mí es una bendición.
Aquí, delante de mi pueblo, yo me pongo de pie y enarbolo la bandera para que ¡Viva México!
Rowina: Hermano, estamos llorando Igneón y yo porque sentimos tu emoción y además, por ese gesto que has hecho de levantarte a pesar de todo el potencial destructor que se cierne sobre México. A pesar de todo, te levantas y enarbolas la bandera del potencial hermoso del don que tiene México, para que esas personas que sobrevivirán allí, se levanten y enarbolen el don que la esencia de México custodia, junto a todos los seres humanos conscientes que la mantengan en sí, a pesar de todos los movimientos por los que pase México. Eso es lo que tiene que quedar: la genuina esencia de México, la genuina esencia de ¡Que Viva México!
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