lunes, 2 de septiembre de 2013
TOMA CONCIENCIA DE LA RESPIRACIÓN.
La
atención mental es al mismo tiempo un medio y un fin, es al mismo tiempo el
fruto y la semilla. Cuando practicamos la atención mental para desarrollar la
concentración, la atención mental es una semilla. Pero la atención mental misma
es la vida de la conciencia: la presencia de la atención mental significa la
presencia de la vida y por lo tanto la atención mental es también fruto. La
atención mental nos libra del descuido y de la dispersión, la atención mental
hace posible vivir cada minuto de la vida. La atención mental nos capacita para
la vida.
El
trabajador debe saber cómo respirar para mantener la atención mental, pues la
respiración es una herramienta natural y extremadamente eficaz que puede
prevenir la dispersión. Respirar es el puente que conecta la vida con la
conciencia, que une el cuerpo con los pensamientos. Cada vez que la mente se
disperse, el trabajador debe usar su respiración para controlar de nuevo su
mente. Realizar suavemente una respiración muy larga, consciente del hecho que está
inhalando con profundidad; luego expulsa todo el aire contenido en los pulmones
con plena conciencia durante todo el tiempo de la expulsión.
El
Sutra de la atención mental enseña la manera de atender la respiración de la
siguiente forma: “Siempre atento a la inhalación y siempre atento a la
exhalación”.
Con
una inhalación prolongada, él sabe “estoy haciendo una larga inspiración”.
Haciendo una larga expulsión, se sabe “estoy haciendo una prolongada
expiración”. Haciendo una corta inspiración se sabe “estoy haciendo una corta
inspiración”. Haciendo una corta expulsión, sabe “estoy haciendo una corta
expulsión”. “Experimentando la totalidad del cuerpo (respiración) inspiraré”;
así se entrena a sí mismo. Experimentando la totalidad del cuerpo (respiración)
espiraré; así se entrena a sí mismo. “Al calmar la actividad del cuerpo
(respiración) inhalaré”, así se entrena a sí mismo. “Calmando la actividad del
cuerpo (respiración), exhalaré”; así se entrena a sí mismo.
En
un monasterio budista, todo el mundo aprende a usar la respiración como un
instrumento para detener la dispersión y desarrollar el poder de la
concentración. Esta es la fuerza que surge de la práctica de la atención
mental. La atención es la que nos puede ayudar a obtener el gran Despertar.
Pero
el Gran Despertar es también un despertar (cuando el trabajador toma conciencia
de su propia respiración, quiere decir que ya se ha despertado con respecto a
ese punto). Para mantener la atención mental durante un largo periodo debemos
continuar vigilando la respiración.
Ahora
estamos en el otoño y las hojas doradas cayendo una a una resultan un
espectáculo realmente bello. Paseando diez minutos por el bosque, observando mi
respiración y manteniendo mi atención mental, me siento refrescado y renovado.
De esta manera puedo verdaderamente entrar en comunión con cada una de las
hojas doradas. Es más fácil mantener la atención mental si se anda por un
camino rústico.
Si a
tu lado camina un amigo sin hablar, pero atento también a su respiración,
puedes seguir sin ninguna dificultad con tu atención mental.
Pero
si el amigo que camina a tu lado comienza a hacerte preguntas, tu concentración
mental ya resulta un poco más difícil.
Si
interiormente piensas: “desearía que este sujeto dejara de preguntarme, así
podría concentrarme”, ya has perdido tu atención mental.
Pero
si en lugar de eso puedes pensar: “Si él desea hacer preguntas, contestaré,
pero continuaré con mi atención mental, atento al hecho de que estamos
caminando juntos por este sendero, atento a las preguntas que él haga y a las
respuestas que yo le dé. Puedo continuar con mi vigilancia de mi respiración”;
si puedes hacer nacer este pensamiento, continuarás en atención mental.
Es
más árido practicar en estas circunstancias que cuando uno está solo, pero si a
pesar de todo continúas con esta práctica, desarrollarás la habilidad de
mantener una concentración mucho mayor. Hay unas líneas en una de nuestras
canciones folk que dicen: “Lo más duro de todo es practicar el camino en casa,
en segundo lugar entre la multitud y en tercero en la pagoda”. Solo en una
situación activa y exigente la atención mental llega realmente a ser un reto.
- Contar la
respiración y seguir la respiración.
En
los Sutras, Buda nos enseña a menudo que se debe usar la propia respiración
para alcanzar la concentración. Hay en particular un Sutra, que habla acerca de
un Sutra, el Anapanasati Sutra, que habla acerca del uso que debe hacer de la
propia respiración para mantener la atención mental. Este Sutra fue traducido y
comentado por el Maestro Zen Vietnamita originario del Asia Central, llamado
Khuong Tang Hoi, que vivió aproximadamente a comienzos del siglo tercero D.C.
Anapana significa respiración (inhalación y exhalación) y Sati quiere decir
atención mental. Tang Hoi lo tradujo como “Vigilar la Mente”. Anapanasati Sutra
es aquel en el que se habla sobre cómo usar la respiración para Sostener la
Atención Mental. En la colección de Sutras Majjhima Nikaya, el Sermón sobre la
respiración para Sostener la Atención Mental hace el número 118 y enseña 16
formas de utilizar la propia respiración.
En
las sesiones de meditación que dirijo, habitualmente sugiero varios métodos que
he probado conmigo mismo, métodos muy sencillos. Por ejemplo sugiero a los
principiantes el sistema de “seguir la duración de la respiración”.
Invito
a un estudiante a tumbarse de espaldas y respirar normalmente; posteriormente
invito de manera que pueda mostrarles unos cuantos puntos muy simples como:
1)
Aunque la inspiración y la expulsión es tarea de los pulmones, y que tiene
lugar en la zona torácica, la región del estómago también juega un papel. El estómago
se dilata en conjunción con el llenado de los pulmones. Se puede observar como
al comienzo de la respiración el estómago se eleva; pero una vez que se ha
inhalado aproximadamente 2/3 de la respiración, comienza a descender.
2) ¿Por
qué? Entre el pecho y el estómago hay una membrana muscular llamada diafragma.
Cuando se inspira correctamente el aire llena la parte baja de los pulmones,
antes que la alta; y cuando la parte baja está llena el diafragma empuja hacia
abajo al estómago haciendo que se dilate.
Cuando
se ha llenado la parte alta de los pulmones el pecho empuja hacia fuera y hace
que el estómago baje de nuevo.
3)
Esta es la razón por la que, antiguamente, la gente decía que la respiración
comenzaba en el ombligo y terminaba en las fosas nasales.
Para
los principiantes, es muy útil tumbarse de espaldas para practicar la
respiración. Un factor importante es mantenerles en guardia para evitar todo
tipo de esfuerzo. Realizar un esfuerzo excesivo puede ser perjudicial para los
pulmones, especialmente en el caso de que los pulmones sean débiles a causa de
una respiración incorrecta.
Al
principio, el practicante debe yacer sobre la espalda sobre una esterilla o una
manta, con los brazos a los lados del cuerpo. No se debe apoyar la cabeza en la
almohada. Hay que enfocar la atención sobre la exhalación y vigilar su duración.
Se debe medir contando mentalmente: 1, 2, 3,… Después de varias veces se
conocerá la “duración” de la exhalación. Quizás sea 5. Luego trate de prolongar
la duración de la exhalación un poco más, de manera que llegue a ser 6 o 7.
Comience expulsar contando de 1 a 5; cuando se haya llegado a 5, inspire
inmediatamente como antes tratando de extender la expulsión a 6 o 7. De esta
manera los pulmones se vaciarán más de aire. Cuando se haya terminado la
expulsión, se debe hacer una pausa y permitir que los pulmones tomen aire
fresco libremente. Permítales tomar cuanto aire deseen sin hacer ningún
esfuerzo. La inhalación será normalmente más corta que la expulsión. Mantenga
mentalmente una cuenta regular para medir la duración de ambas. El principiante
debe practicar de esta manera durante varias semanas, permaneciendo atento a
todas sus inspiraciones y espiraciones mientras está tumbado. (Si se tiene un
reloj que suene alto puede ser usado como ayuda para seguir la duración de
ambas). Se puede continuar midiendo la respiración mientras se anda, se está
sentado y especialmente cuando se está al aire libre. Mientras se camina se
puede usar los pasos para medir la respiración; es un buen método.
Tras
un mes aproximadamente la diferencia entre la inspiración y expulsión habrá
disminuido; gradualmente se irán uniformando hasta que tengan la misma duración
y si la longitud de la expulsión es 6, la inspiración será también 6. Si se
siente cansado durante la práctica, hay que parar. Pero incluso aunque uno no
se sienta cansado, no se debe prolongar la práctica de las respiraciones largas
y uniformes durante un largo periodo de tiempo; 10 o 20 respiraciones son
suficientes y en el momento en que se sienta el más mínimo asomo de fatiga se
debe volver a la respiración normal. La fatiga es un excelente mecanismo de
nuestro cuerpo y el mejor indicador de si debemos continuar o no continuar.
Para medir la respiración se puede usar también cualquier frase rítmica que nos
guste, si por ejemplo la duración de la respiración es de 6, en lugar de
números se pueden utilizar las seis silabas “Mi corazón late” o “mi Ser es
divino”. Si la duración es de 7, “Ando sobre la tierra” o “Mi refugio es el
Buda”, etc. Si se hace caminando cada paso corresponderá a una silaba.
La
respiración debe ser ligera, uniforme y fluida como una fina corriente de agua
sobre la arena. La respiración debe ser tranquila, tan tranquila que una
persona sentada junto a ti no pueda oírla. La respiración debe ser fluida con
elegancia, como un río.
Controlar
la respiración supone el control sobre la mente y el cuerpo. Cada vez que
estemos dispersos y nos sea difícil, por distintas causas, obtener el control
sobre nosotros mismos, debemos utilizar el método del control respiratorio. En
el momento en que el practicante se siente a meditar debe comenzar a observar
la respiración. Al principio debe respirar normalmente, dejando poco a poco
que su respiración se ralentice hasta que sea tranquila, uniforme y la duración
lo suficientemente larga. Desde el momento en que se sienta hasta el momento en
que la respiración se haya hecho profunda y silenciosa el practicante debe ser consciente
de lo que sucede en él mismo.
El
Sutra de la Atención Mental dice: “Tomando una larga inspiración el practicante
sabe –estoy haciendo una larga inspiración-, haciendo una larga expulsión, él
sabe –estoy haciendo una larga expulsión-, haciendo una corta inspiración sabe
-estoy haciendo una corta inspiración-, haciendo una corta expulsión, sabe
–estoy haciendo una corta expulsión-“. “Experimentando la totalidad del cuerpo
(respiración) espiraré”; por tanto se entrena a sí mismo.
“Experimentando
la totalidad del cuerpo (respiración) inspiraré”; por tanto se entrena a sí
mismo. “Al calmar la actividad del cuerpo (respiración) inhalaré”, por tanto se
entrena a sí mismo. “Calmando la actividad del cuerpo (respiración) exhalaré”;
por tanto se entrena a si mismo”.
Después
de 10 o 20 minutos, los pensamientos del practicante se habrán colmado como un
estanque en el que no se agita una onda.
El
sistema para hacer la respiración uniforme y tranquila es llamado método de
seguimiento de la respiración. Si el método debe seguir la respiración resulta
difícil al principio, puede sustituirse por el método de contar. Al inspirar
cuente mentalmente uno, al expulsar cuente mentalmente uno. Inspire y cuente
hasta dos. Expulse y cuente hasta dos. Siga contando hasta llegar hasta diez y
vuelva a contar desde uno de nuevo. Esta cuenta es como una cuenta que ata la
atención mental a la respiración. Este ejercicio es el punto de partida para
llegar a ser consciente constantemente de la respiración. Sin embargo, sin
atención mental se perderá la cuenta rápidamente. Cuando la mente se haya
perdido, se debe volver a uno e intentarlo de nuevo hasta que se mantenga la
cuenta correctamente. Una vez que sea capaz de enfocar verdaderamente la
atención al cómputo se ha alcanzado el punto en el que se puede abandonar el
sistema de contar y comenzar a concentrarse únicamente sobre la respiración en sí
misma. En los momentos en que se esté alterado, disperso y resulte difícil
practicar la atención mental, hay que volver a la respiración. Este
mantenimiento de la respiración es en sí mismo atención mental. La respiración
es un método maravilloso para mantener la conciencia.
La
séptima regla de la orden Tiep Hien está dedicada especialmente a la
utilización de la respiración. “Uno no debe perderse en la dispersión mental o
en lo que le rodea. Aprende a practicar respiración para recuperar el control
del cuerpo y de la mente, practicar atención mental y desarrollar concentración
y sabiduría”.
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